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Jeff Bridges, o vencer el cáncer a los 73 y debutar en TV protagonizando un excelente thriller de espionaje
Este icono de Hollywood completó su primer rol protagónico en streaming solo después de superar un linfoma y al covid. Hablamos con él sobre la mortalidad, su memorable “Dude” y ‘The Old Man’ (Star+), una intrigante serie en la que interpreta un exagente de la CIA perseguido por su turbulento pasado.
“¿Cómo me siento? Me siento espectacular”, exclama Jeffrey Leon Bridges, actor de actores, rostros de rostros, voz de voces. Lo afirma cuando se le pregunta cómo vive el regreso a las pantallas, en su primer rol protagónico en la era de las series de prestigio, luego de ganarle el pulso a la muerte.
Hoy suena convencional que un actor de Hollywood incursione en una serie, pero este no es cualquier caso: se trata de ‘The Dude’ (como se le conoce desde su icónica interpretación en The Big Lebowski) regresando “del otro lado” a sus 73 años para interpretar un thriller psicológico de mecha lenta, pero también de confrontación y golpes fuertes. La serie ve la luz luego de detener su producción por 15 meses y retomar la actividad, contra muchos pronósticos. Es una obra renacida e inspirada, si se quiere, por Bridges, su actor principal y productor ejecutivo, que durante ese tiempo enfrentó un cáncer en el sistema linfático y un diagnóstico de covid positivo. No debía sobrevivir, pero sobrevivió, y sigue sumando pasos valiosos.
El californiano, nacido en 1949, hijo del actor cómico de televisión Lloyd Bridges, activo en las pantallas de cine desde los años setenta, reconoce más que nunca la fortuna de estar rodeado de gente que lo adora y hacer lo que ha amado por tanto tiempo. Por ahora, eso no le cambia las rutinas de rodaje. Bridges afirma que, por ahora, en el set “me siento igual, quizás algo más fuerte”.
Del otro lado de la pantalla, sus impactos son multigeneracionales. Distintas audiencias lo han venerado por décadas y aprecian sus películas. Si algo, este episodio sirve para volver la vista a la impresionante filmografía que ha labrado y a su apuesta presente.
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Primero lo pasado. Thunderbolt and Lightfoot, Starman, Tron, The Fabulous Baker Boys, The Fisher King, The Big Lebowski, Crazy Heart, True Grit, Hell or High Water son solo algunas de las películas destacadas que esta figura de la pantalla grande viene ofreciendo desde los años setenta, todas con la marca de su carisma interpretativo y talento. Estas le han representado siete nominaciones y una victoria en los Premios Óscar. Pero el suyo es un caso particular. Su carrera no se mide en premios, se mide en el inmenso respeto que le profesan la audiencia, los colegas, los colaboradores y los críticos. Y esa nace de la energía única que irradia, de ese aire genuino y afable que no por eso lo rinde unidimensional en sus roles.
Por el lado del presente, The Old Man, que ya estrenó sus siete capítulos en Star+, no es cine, pero toma mucho de ese lenguaje. La producción mezcla intriga internacional con los efectos del paso del tiempo en el cuerpo y en la mente de espías y agentes de inteligencia, así como en las vidas de sus (pocos) seres queridos. Esta serieflashbacks
madura es tan cuidadosa en sus excelentes y creíbles escenas de combate como lo es en sus planos contemplativos y diálogos tensionantes.
Así, Bridges marca su llegada a la pantalla chica. Y qué debut, en qué momento… Y como lo dice en la conversación, “cuando se trata de ofertas de trabajo, parto de resistirme a todo. Y lo hago porque conozco el costo del compromiso”. Así que cuando acepta, va de cabeza. En la serie, Bridges es Dan Chase, un exagente de la CIA que se abstrajo del juego y del radar solo para ver cómo su pasado lo arrastra de nuevo al tablero de ajedrez.
Y la narración establece un cara a cara con otro talento legendario, quizá más veterano en la televisión, como John Lithgow (en el rol de Harold Harper). El televidente ve la versión madura de dos tipos que operaron en los años ochenta en Afganistán, que ahora ven sus intereses chocarse, 30 años después, pero también va descubriendo en flashbacks a sus versiones más jóvenes las causas del entramado de consecuencias que enfrentan los personajes.
Sobre la diferencia entre su personaje actual y uno de los roles icónicos que no le representó nominaciones, pero sí la inmortalidad (ese en The Big Lebowski, de los hermanos Coen), asevera: “Son diametralmente opuestos. Una de las cosas que la gente más aprecia de ‘The Dude’ es su autenticidad. Él es lo que es sin importar qué piensan sobre él. En el caso de Chase, es un agente de la CIA, una especie de espía, y para serlo tiene que transformarse y saltar entre personalidades. Así, de cierta manera, pierde su identidad, no sabe quién es, y eso puede ser desconcertante. Son gatos muy distintos”. Sobre ‘The Dude’ Lebowski, en 1998, cuenta: “Lo interpreté totalmente sobrio. No fumé, pero sí me había preparado mucho antes”.
Volviendo a la dura enfermedad y a la pandemia, el actor asegura: “Estuve casi año y medio sumido en este extraño sueño y regresé. Y a ese efecto de ‘sueño’ se sumó que me reencontré con la misma gente que dejé de ver cuando todo (cáncer, pandemia) sucedió. ¿Qué acaba de pasar?, me pregunté en el alegre momento de volver a trabajar con esta pandilla”.
Y resulta muy diciente que de esa pandilla, es decir, el equipo de producción que empezó a rodar la serie con él en 2020, el 95 por ciento regresó para concluir lo empezado. No es común que tanta gente ponga en pausa su vida laboral durante 15 meses para cerrar una faena, incluso en tiempos de aislamiento y trabajo marcado por distanciamiento. Ese es el efecto de Bridges.
“Libré una lucha de año y medio contra mi mortalidad, y en tiempos así, parece que todas tus filosofías y tu espiritualidad te ponen a prueba. Esa experiencia me ha hecho un hombre más maduro. No he sentido una diferencia en cómo abordo la vida, siempre lo he hecho igual, pero estas vivencias te hacen más nítidas las imágenes”.
Las imágenes de esta estrella, que no le huye a interpretar un personaje de acción desde la supervivencia y la idea de tener que volvérsela a cruzar en la vejez, valen un aplauso. Después de todo, ¿quién mejor para tratar esa parte de la vida a la que no le sigue otra?